miércoles, 2 de abril de 2014



CORRE NIÑEZ

Corre niñez,
no pares en tu horizonte sin camino,
no ceses de galopar.

No pienses siempre en progresar
porque no hay fin, ni senda 
ni pasado ni futuro 
sólo un caminar.

Gira a un lado y al otro 
vuelve, avanza,
juega con la geometría 
de un mundo sin fin, 
porque en tu mundo no hay límite,
la periferia está fuera 
y ese no es tu lugar.

Corre niñez,
no pares en tu horizonte sin camino,
no ceses de galopar.

Una mano te acompaña en tu creatividad
un niño o una niña
calienta tu palma y la suelta para correr 
como un bumerán.
Rompe la carcajada para extenderse como aurora boreal.

Canta y vive este fluir sin cesar,
porque aunque peines canas tienes en ti
un horizonte sin camino para galopar. 


Felipe Izquierdo Moreno




VERDE PRIMERO

Verde primero, 
cántaro azul,
de la rama inerte sales tú.

Rompes lo duro desde la pequeñez,
como humilde polluelo
saludas al viento y a la luz.

Sales con pelaje otoñal,
como racimos de frutos
pendes de un hilo natural
que a veces ultraja el agua y el viento.

Pocos pendientes les quedan a esas ramas.
El verde primero está.
Mira al cielo 
y le gusta su caricia,
quiere vivir más en él que en la tierra.

Pero no te olvides, verde primero,
que no eres cielo sino tierra,
agua escondida
que te mima y no te olvida.


Felipe Izquierdo Moreno

lunes, 24 de marzo de 2014



BELLEZA HERIDA

Figuras estilizadas, vestidas de ausencia,
parece que no corre por vuestras ramas la belleza.

Ramas penitentes, recuerdo de un sufrimiento colectivo,
tal vez, un trocito de holocausto.

Suelo seco, para acoger los pies dormidos, petrificados por un frío infernal.

Aún así, desprendéis dignidad, aunque sea, herida. 
Vuestros troncos húmedos descubren las formas, las líneas, los dibujos de una belleza antigeométrica;
puro azar del rasgo torcido y no seguido, 
de la recta inacabada.

Bello eres tú, y tú, y tú, y tú,...

Lágrimas de sufrimiento hay en tu corteza...
Lágrimas de reconocimiento hay en mi rostro.

Felipe Izquierdo Moreno


TEMO POR VOSOTRAS

Burgos, 19 de marzo 2014

Nos han sorprendido las flores de estos árboles,
nadie os esperaba tan pronto,
parecéis una fantasía o un espejismo de una primavera futura.
Estos ojos incrédulos te miran como quien no quiere ver.
Pero sí, estáis ahí, y duráis
en estos días cálidos de un invierno templado.

Temo por vuestra belleza,
Temo que la tarde, la noche o, tal vez, 
la mañana del día siguiente, como muy tarde, 
os azoten las heladas y los vientos gélidos de un invierno que no se había ido.

Temo por vuestros frutos 
que se queden en una posibilidad perdida.

De momento, mi sorpresa y mi temor se quedan ahí, 
vagabundos,
 y deseo que sigan perdidos en los días que pasan adorando la belleza efímera.

Felipe Izquierdo Moreno

lunes, 10 de marzo de 2014

LA AMISTAD SEGÚN EL PRINCIPITO



EL COLOR DE LAS COSAS

Estas diapositivas quieren ser los colores que habitualmente no vemos en las cosas pero que están ahí, tímidamente, y que, aquí, los magnificamos para que se puedan resaltar determinados objetos o realidades que nos ayudan a pensar, sentir y observar la vida. Es una tarea que sigue intentando sondear la vida.

jueves, 20 de febrero de 2014




EL HILO IMAGINARIO

Siempre me ha llamado la atención la estrella que acompaña a la luna.
¿Por qué siempre están juntas?
Muy fiel es esa estrella
o
muy fiel es esa luna. 

Siempre me he imaginado un hilo que las une. 
Sólo los niños lo ven. 
Tal vez porque se identifican,
el niño lleva el globo de la feria.

Felipe Izquierdo Moreno


UNA TARDE RENDIDA A LA LUZ DEL INVIERNO

Hoy el interior de las casas permanece con una luz tenue, 
las sombras, los objetos a media luz y las paredes grisáceas
envuelven el humus de muchos hogares en Burgos.

Hoy las ventanas de mi piso no son cañones de fuego de un sol de invierno,
sus cristales están deslavados, pero parecen más limpios que nunca.
Los marcos de madera se encuentran  más oscuros y más vetustos que ayer.

Hoy mi rostro mira por la ventana hacia arriba y ve un cielo empequeñecido, 
me siento grande, pero con el corazón encogido, 
rompo la lanza de un invierno lánguido y plomizo.

Hoy los árboles son reflejo de su cielo, su luz, por no ser avasalladora,
te desnuda y muestra las cicatrices del corazón herido.

Felipe Izquierdo Moreno